Mis ideas sobre tí siguen estando allí, difiriendo por supuesto con la realidad.
Nunca nadie me hizo tanto daño, nunca nadie hizo que mi alma se disociara.. Hasta convertirse en un pedazo de nada.
Pero siguen allí, mis ideas sobre tí, de que de algún modo, eres un ser perfecto para mí.
Esperé por mucho tiempo a la persona ideal, aunque reviente en la exageración del cliché, pero fue y es así.
Cuando te conocí el tiempo se detuvo para mí, estabas solo tu allí y ya nada más existía.
Contigo sobrepasé la barrera de lo posible y lo permisible, la barrera de lo legal, la barrera de lo humano.
Rompí mis reglas, mis esquemas, mi moral.. No me importó.. Solo quise amarte. Solo quise adorarte.
Todo se desploma tan rápido, nunca quise ver nada más. Quise amarte ciegamente, quise adorarte ciegamente.
Me dañaste desde el primer día, desde el primer momento que te alejaste.. Desde el primer momento que me hiciste olvidarme de mi mismo por tí. Desde que me hiciste creer que me querías.
Hoy sigo pensando en mis ideas sobre tí, ideas absurdas y retorcidas. Nunca fuiste lo que esperé, el cuento de hadas que me dibujé. Porque sí, yo mismo te dibujé, yo mismo te creé a mi gusto.
Nada dista más de lo que necesito que tú. Nada discrepa más de mi mismo, que tú.
¿Entonces porque siento que te necesito? Como si fueses esa parte oscura y retorcida que todos tenemos y necesitamos. Quisiera eliminarte, y me es difícil. Quisiera odiarte, y no está en mi naturaleza.
Quizás mis ideas de tí ya se convirtieron en dogmas. A la espera, de un día me llames y me digas que me amas, que cambiaste, que eres lo que soñé.. Y luego de eso despertaré. Fue todo un sueño, fue todo una larga pesadilla. Fue todo lo necesario para aprender amar lo real, y dejar ir lo ilusorio, mis ideas de tí.
