El sexo puede nublar tu mente. En un momento de lujuria puedes perder toda noción de realidad y reducirte a tus más básicos instintos. Todo lo que llamamos "Consciencia" puede irse al mismísimo infierno, si el deseo es más fuerte que cualquier razonamiento que puedas armar. Pero hey, la cosa está en las consecuencias que puede traer perderte en la lujuria, consecuencias que sólo se ven luego de esos momentos.
Hay que aprender a diferenciar el sexo por amor y el sexo por mero placer. ¿amas o sólo coges? ¿sólo coges o amas? He tenido experiencias no muy gratas con la incomodidad post-sexo, justo por no saber separar estos dos. Y es que, ¿cómo no confundirlos? Si cuando te acuestas con alguien que te gusta se te vuelan todos los tapones y el placer llega a una linea dónde se mezclan los sentimientos y las sensaciones. A más de uno le debe haber pasado, creación de sentimientos a partir de una noche de placer pero que al cabo de unos días se esfuman como deseos vanos.
El sexo con desconocidos es motivo de gran placer. Lujuria y perdición pueden ser palabras descriptivas. Pero acostarte con esa persona que quieres puede traer varios conceptos, estos son los míos:
- Dos seres que al mirarse a los ojos se descubren y se encuentran.
- Se explotan los tabúes y se unen las creencias.
Tú crees en mí y yo creo en tí.
- Los valores morales son palabras sin sentido. Si debo pecar por tenerte, llegaré a los infiernos necesarios.
- La infidelidad es cuestión de libros.
- Te quiero justo aquí y justo ahora. El mundo puede vivir sin nosotros un par de horas.
Para mí es más placentero acostarme con alguien que quiero. El placer que se puede sentir cuando se unen los sentimientos con la carne es ilimitado. Pero debes tener claras tus intenciones cuando decides acostarte con alguien. Poner claros los límites y saber las consecuencias. De nuevo, esto es difícil, cuando la Carne tiende a ser más fuerte que la consciencia.
Yo mismo, he cometido algunos pecados para satisfacer ese deseo incontrolable. Por supuesto tú que me lees has cometido los tuyos. Entonces dulce pecador, quién gana, ¿La Carne ó la Consciencia?
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